Tratamiento definitivo para la uña encarnada

Durante el verano es frecuente la aparición o empeoramiento de problemas que tienen relación con el calor y la sudoración. Uno de los más acuciantes, por ser de los más incómodos, es el de la uña encarnada, o también conocido como uña clavada.

La uña encarnada se debe al crecimiento anómalo de la matriz ungueal de tal forma que la uña crece por los bordes laterales más ancha que el hueco establecido en la matriz. El resultado es que al final del crecimiento, la uña se clava en esos bordes, produciendo un notable proceso doloroso y que además se puede infectar con frecuencia. El calor y la sudoración excesiva durante el periodo estival pueden agudizar estos síntomas, convirtiendo este proceso en un suplicio a la hora de caminar.

Retirar la uña clavada puede solucionar momentáneamente el dolor o la inflamación, pero lo más probable es que el problema vuelva a suceder. El mejor tratamiento consiste en modelar el crecimiento de la matriz, de tal manera que la uña pueda crecer sólo en el espacio que le corresponde, y así se evita que se clave en los laterales. El cierre de la herida apenas necesita pocos puntos de sutura, y esta cirugía se puede realizar bajo anestesia local en quirófano, presentando una recuperación muy rápida, de sólo unos pocos días. Si además la uña está muy encorvada, puede aprovecharse el momento para corregir la curvatura y mejorar la apariencia estética, sobre todo cuando durante el verano las uñas de los pies son más visibles a la mirada ajena.

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